El mundo del asociacionismo ha ido evolucionando de manera paulatina pero poco organizada en los últimos años. Estos cambios se han producido en un escenario mundial sanitario de complejidad marcado por recursos escasos y la gran preocupación generada por el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas. En este sentido, las organizaciones de pacientes están llamadas a mejorar su estructura organizativa, la captación de recursos que aseguren su sustentabilidad y, sobre todo, liderar procesos de cambio para garantizar que la voz de los pacientes sea escuchada y se vean respetadas las necesidades y prioridades de las personas que representan.
Las organizaciones de pacientes son parte de la solución a la situación de crisis por la que atraviesan los sistemas de salud. Por ello, es necesario que reciban las herramientas necesarias y las competencias adecuadas para seguir actuando en un mundo de constantes cambios, planeando estratégicamente sus objetivos y basándose en el diálogo propositivo y la capacidad de establecer alianzas y acuerdos.
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